miércoles, 19 de diciembre de 2007

UN LIGUE DEL PUB





Hay algo certero e imborrable en su cara y esos ojos de origen animal que le conmueven a la vez que le dan un escalofrío cuando la mira. Jugar lo que se dice jugar le gusta, siempre está mirando a las mujeres así, ella lo sabe, lo ha visto ya varias veces, con ese aire entre desnudarte y seguir la guasa de un chiste o de un pequeño mohín. La desconcierta, no duda de que no le interesa nada liarse con semejante tío, pero qué puede hacer contra esta especie de ahogo que le asalta cuando él simplemente le roza o le explica con un énfasis de gestos en sus manos haciendo ochos o dibujando líneas infinitas que ella sigue hechizada.
Sabe que se arrepentirá, lo sabe tan bien que prorroga el momento todo lo que puede, casi hasta el instante antes de que se rompa la cuerda…y camino de su casa sigue pensando, mientras el otro la llena a besos en su boca, ¿qué hago yo con este tío?




Foto aquí

2 comentarios:

UMA dijo...

Es lo que suele pasar con los ligues de bar, antes o despuès, esa pregunta nacerà...mientras baja el alcohol, quizà.

Pd: me pongo al dìa que me vengo perdiendo tu jugosa inspiraciòn, Juan

Besos

Simplemente Olimpia. dijo...

Bien....no sólo el ritmo de tus relatos se acrecienta sino la toma de decisiones (en duda) de sus personajes.
La tentación siempre provoca esa dicotomía.
En este caso la noche le ha dado alas, mañana le dará cadenas.
Ese masoquisco "seudo-manifiesto" de ahogo y deseo es algo que a la mayoría de las mujeres nos pone a cien, como reprimirse a ciertas edades donde la experiencia nunca no ha vencido?

Olimpia.

P.D: supongo que la edad de los personajes es aquella que donde la madurez nace prematura.