domingo, 16 de diciembre de 2007

LA DESPEDIDA DE SOLTERA






Al montarse en el coche reflexionó sobre lo que había hecho. Es verdad que todavía se sentía extraña, dejarse arrastrar por el deseo, sin más, irse a la cama con un hombre desconocido no entraba en los planes de aquella noche.
Su marido jamás podría imaginar que la despedida de soltera de su secretaría iba a tener semejante final. Había ido por quedar bien, porque se lo habían pedido con insistencia, siempre tenía en la mente que se entendían aquellos dos y que todo lo de la boda era un montaje para que ella dejase de recelar.
Una vez en la fiesta, el cava, los gintonics, los chupitos de café, aquel hombre... el olor del local y sus luces, su fragancia y su desinhibido comportamiento mientras bailaba metiéndole mano, todo le había llevado al hotel de carretera del que ahora salía estremecida, agotada y satisfecha pero con la idea de que aquello no era un final, era el principio de su despedida.

7 comentarios:

mirada dijo...

La culminación de un deseo siempre lleva a una despedida.
Me gusta leerte. Mi agradecimiento y un abrazo enorme.

Simplemente Olimpia. dijo...

Los mejores "polvos" suelen ser aquellos en los que la sorpresa nos descubre comportamientos y emociones insospechados.
A saber por qué el incosciente se hace tangible!

estos relatos minimalistas acrecientan mi deseo y mi imaginación.

Expectante.
Dijiste "mirada nueva"...y mi memoria falla. Otros ojos? desconozco los anteriores.

Olimpia.

Juansintierra dijo...

Olimpia, no sé de mejores polvos, sé de polvos buenos y malos, pero eso para mí depende casi siempre de la compañia, a estos de medio pelo no le doy más que la realidad de su existencia y que a veces hacen caer ideales extraños. Los anteriores ojos todavía requieren su cuidado y esmerado silencio, nada que no se pueda ocultar, ahora sin tierras propias me quedo en Juan.
Gracias por tus atenciones.

Mirada, las gracias son para ti, me gusta también mucho tu blog.



Besos a ambas.



J.

UMA dijo...

Buen relato, en extreno sugerente.
Coincido, aquellas cosas impensables pueden otorgarnos un plus tan solo con animarnos.
Un abrazo, Juan

Simplemente Olimpia. dijo...

Ay de las calificaciones que encasillan...!
...ay de la personalización del placer...!.
...ay de la rareza de los estereotipos...!

Juan...de nada.

Olimpia.

Juansintierra dijo...

Ja, ja, ja...con tres ays casi hacemos un dolor hondo de gitanos..

Simplemente Olimpia. dijo...

Casi, casi....pero sólo es un "quejio".

Olimpia.