viernes, 14 de diciembre de 2007

LA HUIDA






En este momento ha recogido la ropa, se ha sentado en la cama y mirado por la ventana el patio de luces donde se refugiaban tantas veces sus ojos. Él no está, ha salido dando un portazo, quizás el último que sus cansados oídos sean capaces de escuchar. No sabe si este temblor de sus manos es el peaje que debe pagar para salir de la casa y de esa vida llena de tan pocas satisfacciones y tantos momentos grises.
No busca culpables, no los hay, no duda que él la sigue queriendo y ha sido capaz de muchas cosas para mantener la relación, pero como en todo llega un momento en que no se puede más y saber romper amarras a tiempo es lo mejor, se va diciendo a si misma entre sollozos, “volver a encontrar un respiro en otro sitio para ser un poco feliz es lo único que le pido a la vida”.




Foto aquí

4 comentarios:

Javier Herque dijo...

Creo en las huidas…en los itinerarios que ignoran su curso y su destino, en la necesidad de escapar para mirar de “reojo” hacia ese lugar que “queda” …que puede “quedar” …con la puerta a medio cerrar/abrir.

La huida puede tener algo balsámico, puede ser un punto final, seguido, un rellano dentro de un mundo.

No se.

Mi enhorabuena por tu blog.

Un saludo.

mirada dijo...

Me gusta el texto porque se siente la tristeza.

Simplemente Olimpia. dijo...

Saber trasladar tu voz masculina a su ser femenino es dificil, y como has demostrado no imposible.
Será que la sensación de abandono no es intríseco al género, sino a la sensibilidad.

Olimpia.

Sigo leyendo, comentando y "verificando palabras".

Olimpia.

Juansintierra dijo...

Javier, bienvenido, las huidas son un punto de fuga hasta en la pintura, ese momento es el que busco con mis pobres palabras. Saludos.

Gracias Mirada, esa es la intención.Un beso

Sí Olimpia así es. Todos somos sensibles, hombresy mujeres.