martes, 1 de enero de 2008

La historia de Eva (I)





Siempre había soñado con tener una familia, un buen marido, unos hijos, una casa en el campo y en la playa. Todos los sueños nos dejan ese sabor agradable durante la juventud, cuando sin saberlo todavía, hasta el más incierto de ellos tiene una remota posibilidad de concretarse, de conseguirse. La juventud siempre nos reserva un futuro en el que claramente casi nunca se cumplen los sueños o es tan mínimo lo que nos da la vida que no se parece en nada a lo imaginado. Pero ella parecía desde la universidad encarrilar sus designios. La carrera de letras terminada, un novio con el futuro marcado para entrar a trabajar con su padre en su despacho de abogado y un bienestar a la vista que encauzaba sus ideales. Todo perfecto a los veintitrés años.



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1 comentario:

Margot dijo...

Pues me dejaré llevar por tus historias... siempre será mejor que dejarse llevar por esa vida que auguro a Eva. Ya contarás.