miércoles, 6 de febrero de 2008

Edurne (VIII)





Cuando miraba atrás, ella sufría. Todas las amistades del trabajo, la independencia de tomarse un café, poner verde a los jefes, hablar de aquel muchacho guapo con las otras compañeras o sonreír ante cualquier insinuación, todo se lo estaba llevando la marea de su marido como si nada importara, y eso no era verdad, ni para Edurne ni para nadie, porque de las pequeñas cosas diarias que te da la vida aún siendo tan minúsculas como estas es con las que los seres humanos hacemos un mundo, un mundo habitable por nosotros, nuestro rincón donde respirar y ser un poco felices. Eso tan simple y necesario se lo negaba él. Poco a poco la estaba destruyendo.



Foto aquí

2 comentarios:

Simplemente Olimpia. dijo...

...nada de poco a poco...la velocidad de absorción y mutilación es proporcional a todo lo que un día tuvo y ya nada le queda....vaaaaaaaaaale, que sí, que era muy bueno en la cama!..;)

Olimpia.

ybris dijo...

Pobre Edurne.

Abrazos