domingo, 3 de febrero de 2008

Edurne (VI)





En la cama, Alberto se transformaba en un ser creativo y le hacía gozar a Edurne hasta hacerle olvidar tanta imposición. Fogoso hasta casi lo increíble la agotaba casi todas las noches…por lo menos se puede pensar que esto era bueno, pero en realidad era el arma, el yugo con que él tenía sujeta a su mujer, dándole el placer carnal la convertía cada vez más en una esclava suya las veinticuatro horas del día.


Foto aquí

4 comentarios:

Simplemente Olimpia. dijo...

Buena estrategia....hacer que la mujer se "encoñe"...para tenerla totalmente entregada.
Pero no creo que compense un buen polvo ninguna esclavitud,...pero eso ya lo sabemos...no sólo se sodomiza en la cama.

Olimpia.

P.D; hay veces que se me antoja continuar el relato, pero me retengo...prefiero tu realidad..;)

ybris dijo...

Una pena el placer como arma de esclavitud.
Afortunadamente el placer no es todo para quienes creen en la libertad.

Abrazos

Margot dijo...

Una perversa moneda de cambio, no el sexo, su utilización, ays.

Continuemos...

mirada dijo...

Y tanto que creemos saber...
Es tremendo caer en esa dependencia.
Me espero la continuación..
Un beso.