Clara, esperaba en la habitación 313 del hotel Saavedra, era la que casi siempre usaban para sus citas.
Morena, 37 años, casada, un hijo, 1m68, vestía un ceñido pantalón vaquero negro, un top del mismo tono que resaltaban sus pechos y una camisola blanca con unas rayas casi imperceptibles negras…teñida en un negro azabache y con una melena corta parecía una diosa egipcia. Fumaba en la habitación y esperaba.
Armando llegó a la cafetería a menos cinco, no vio a María pero enseguida un camarero se dirigió a él y tras confirmar su nombre le dio un sobre, expectante lo abrió y pudo tragar saliva, en el sobre una nota: Habitación 313, sube. Cuando llegó a la habitación la puerta estaba entreabierta, entró y al ver en la tamizada luz la sombra de una mujer exuberante, pensó en María, pero la voz era otra…”hola papito está vez eres mío, ¿no te importa verdad?”.
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jueves, 6 de marzo de 2008
Armando y Clara (VI)
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2 comentarios:
Los hay nacidos para víctimas.
Abrazos
Y buehhhh...apuesto que se fue!.
Un abrazo.
Menta
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