miércoles, 12 de marzo de 2008

Armando (VIII)


Nunca imagino verse en semejante situación Armando, pero debía acometer el dilema de satisfacer sus deseos sexuales con aquellas espléndidas mujeres que le enseñaban todo lo que se había perdido durante estos años o cortar el enredo que empezaba a prever en el que estaba expuesto a caer y ser utilizado como un pelele por ellas dos y temía que la próxima cita, si es que le llamaban, vendría la última amiga, la tercera. Esto le excitaba más todavía, pero le producía un desasosiego en su interior ante la poca personalidad que demostraría se acudía a un nuevo encuentro. Tal vez era eso, un muñeco que siempre que había caído en manos de alguien era utilizado...pensaba en su mujer y en sus hermanos que siempre lo trataban como alguien del que se puede burlar uno. Por eso en lugar de vivir el momento se deprimió de una manera ostensible que llegó incluso a preocupar a su entorno. Pero en el fondo ya deseaba recibir un nuevo sms con otra cita, miraba de vez en cuando el móvil esperando encontrar en él la respuesta a sus ansias.

1 comentario:

ybris dijo...

Pues nada de depresión.
A disfrutar, que son tres días.

Abrazos.