martes, 25 de marzo de 2008

Armando (XII)






Yolanda tenía un cuerpo perfecto, cuidado a base de ejercicio físico ya que era profesora de gimnasio y había sido atleta, corría los 400 en sus buenos tiempos. Eso le hacía tener una figura esplendida que cuando se desnudaba a sus amantes les producía un deseo inmediato. Lo explotaba de maravilla y además utilizaba todo tipo de objetos para provocar en ella y en sus amantes ocasionales el máximo de placer, por eso había dejado al bueno de Armando tan irremediablemente satisfecho que cuando se reunió con las otras dos y se lo contaba no podían parar de sonreír, se lo imaginaban al pobre Armando gozando como un poseso y a la vez estupefacto….ahora debían decidir si les merecía la pena seguir con este juego o era demasiado débil el hombre para ellas. Tampoco eran tan perversas para aniquilar a alguien porque sí…¿o sí?

Foto aquí

2 comentarios:

ybris dijo...

Pues mira que yo no acabo de ver la perversión y me parece que Armando no va hacia el desastre.

Mª Jesús Lamora dijo...

Ay, pobres hombres.
Sonrío.